jueves, 12 de marzo de 2009

Un verdadero esposo...

¿Qué debe hacer un hombre para ser un buen esposo? No estoy aun casado así que quizá el tema quede un poco desenfocado al no contar con la experiencia, pero también eso me ayuda a ver el tema desde fuera y a solo basarme en lo que Dios nos dice por medio de su palabra. No tocare toda la biblia ni todo lo que se podría decir, sino que más bien voy a enfocarme en unos versículos que considero claves para este tema.
“Maridos, amad a vuestras mujeres así como Cristo amó a la iglesia, y se entrego a si mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a si mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.” Efesios 5:25-27
Este es un ejemplo claro, vemos en otras partes del nuevo testamento como los apóstoles animan a los hombres a amar a sus esposas, pero en este caso no se queda en la simple instrucción o mandato sino que da un ejemplo claro y conciso; Pablo aquí dice a todos los esposos exactamente como deben amar y para que deben amar.

COMO AMAR:
“Maridos, amad a vuestras mujeres así como Cristo amó a la iglesia, y se entrego a si mismo por ella”
En primer lugar dice que Cristo amo a la iglesia entregándose por ella, conocemos la obra redentora de Cristo, El consumó el sacrificio máximo, fue a la cruz en nuestro lugar, era la iglesia, nosotros, los que teníamos que haber ido a esa horrible cruz, y sin embargo El ocupó nuestro lugar. Sin merecerlo. Sin protestas. Por amor. Ese mismo sacrificio y entrega nos pide el Espíritu Santo a través de la pluma de Pablo. Lo que estas pocas palabras dicen a todo esposo es que debemos entregarnos por ella. Cristo fue entregado a la muerte en manos de los legionarios romanos, pero ¿y los esposos? La biblia nos anima en muchas ocasiones a morir a nosotros mismos, a nuestro orgullo, a nuestro derecho de reclamar justicia, y nos obliga a estimar a los demás como superiores a nosotros mismos. Apliquemos estos pequeños principios al matrimonio y veremos algo que en verdad asusta. Así como Cristo murió en la cruz por la iglesia, nosotros como hombres debemos morir cada día por nuestras esposas. Esto significa por aplicarlo a simples áreas de la vida ceder en las discusiones, no intentar imponer nuestros criterios, no forzarlas cuando no quieren algo, cuando nos hieran o nos lastimen no pretender justicia, no reclamarlo ni reclamar nuestros derechos sino tan solo morir a lo que queremos por ella.
Puede parecer un gran sacrificio. Tremendo, porque no solamente se trata de esto sino también de hacer cosas que cuestan, aquí hablo de orar por ella, incluso estando enfadados, y eso cuesta mucho, hacer cosas para hacerla sentir bien, en esta categoría se pueden englobar tanto compartir tareas de la casa como detalles que a ella le gusten, ya sea una flor, decirle que la amas, que la quieres, hablarle de lo bonita que es y que se sienta aceptada etc. Hay mucho que decir aquí porque son infinitas las formas de hacer que tu esposa se sonroje y como esposos hemos sido llamados a hacerlo. Porque no se trata de morir sin mas, se trata de morir por ella, morir yo para que viva ella, para que ella sienta, para que ella ría, para que se sienta feliz y amada.
Cristo además de morir por nosotros sin merecerlo, sin reclamar justicia y para darnos los beneficios de la salvación también lo hizo en nuestro lugar. Nuestras faltas El cargó, mis rebeliones, mis maldades. ¿Es también tarea del esposo la de pagar por las malas acciones de su esposa? Obviamente cada uno tendrá que dar cuentas a Dios, el día en el que grandes y pequeños estén ante Cristo todos tendremos que dar cuenta de nuestras acciones, pero mientras tanto, el esposo es el responsable ante Dios de lo que la familia hace, también de lo que la esposa hace. Dios va a pedir cuentas por toda la familia al esposo, como cabeza, tanto por sus fallos como por los de su esposa, debemos aceptar esa responsabilidad, Cristo aceptó la responsabilidad de nuestros errores, y cargo sobre El las consecuencias. Como esposos debemos hacer lo mismo, no solo aceptar los errores de nuestra pareja como propios sino también estar dispuestos a pagar el precio que sus acciones merecen, incluso de las acciones anteriores al matrimonio, porque no nos engañemos, todos llevamos al matrimonio muchas cosas que vienen del pasado, ya sea de nuestros padres, situaciones o parejas del pasado etc.… Al igual que Cristo pago también por lo que hicimos antes de conocerle nosotros debemos aceptar el precio y las consecuencias de esas “maletas” con las que nuestras esposas llegan al altar y también de las que han ido haciendo a lo largo de la relación.
Hasta aquí he hablado sobre como amar a nuestras esposas, es cierto que parece muy duro y difícil, pero gracias a Dios ahí no termina todo, sino que nos dice que vamos a conseguir con estos sacrificios.

PARA QUE AMAR:
“ para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a si mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”
Cristo nos santifico y de la misma forma nuestras esposas son santificadas al ser amadas de esa manera. Dice el texto que la iglesia es santificada habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra. El medio para la limpieza es la palabra de Dios y de la misma forma nuestras esposas son también purificadas por ese medio.
Y ahora si, el fin es glorioso, dice la escritura que Cristo hizo todo esto a fin de presentársela a si mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Lo hizo para presentar a la iglesia primeramente a si mismo, no lo hizo para otro, ni para que otro obtuviese el beneficio, fue para presentarla a si mismo. El sacrificio que Dios nos exige como esposos trae una consecuencia directa, los beneficios serán para nosotros, no para la comunidad, no para el beneficio común, sino para beneficio propio. Pero ¿cuál es este beneficio? Cristo hizo de la iglesia una iglesia gloriosa, una definición más bien exacta de la palabra gloriosa es importante, muy importante, trascendente, que tiene una relevancia tal que la hace ser casi necesaria (entiendo que necesario solo es Dios).
Y de la misma forma el primer beneficio que obtenemos como esposos es hacer gloriosa a nuestra esposa, importante. Entiendo que al amar a nuestra esposa ella se comportara de una forma que será muy importante para nosotros, que hará que sea casi necesaria en nuestras vidas y actuará de muy buen grado el puesto de ayuda idónea llegando a ser el impulso perfecto y necesario para servir al Señor en la plenitud de nuestras facultades y dones.
Cristo constituyo a la iglesia sin mancha ni arruga ni cosa semejante, nuestras faltas que siguen siendo muchas son borradas y pagadas y ante Dios el Padre somos declarados justos. De la misma manera al amar de este modo a nuestras esposas cualquier arruga o mancha es quitada de ella, manchas y arrugas. Soy sincero al reconocer que no entiendo muy bien esto, pero lo que parece decir es que un esposo que ama a su esposa con ese amor de Cristo hace de alguna manera que sus defectos se borren (arrugas) y que las acciones del pasado (manchas) sean limpiadas. No sé si quizá sea en su mente o que al sentirse amada ya no necesitan pensar en sus defectos ni sentirse acomplejadas, pero entiendo que la biblia dice la verdad siempre, y que si aquí dice que sus desperfectos son arreglados lo creo.
Es más, la conclusión es que será santa y sin mancha, ¿cómo es posible que el amor de un hombre pueda hacer sin mancha a su esposa? ¿Será quizá que él no verá esas manchas? ¿Será que ella será menos propensa a caer en ciertas cosas? ¿Quizá el sentirse tan amada la moverá a ser mejor para su esposo? La verdad es que la respuesta a estas preguntas no es muy fácil. Pero el principio creo que sí lo es. Debemos amar como Cristo porque sin duda aunque duela mucho en el fondo es para nuestro propio beneficio y para el de nuestras esposas.
El beneficio es mutuo, y además asegurado. Nuestras esposas estarán preparadas solo para nosotros al hacer esto (se pondrán guapas no para otros sino para que las veamos nosotros, querrán hacer las cosas bien para que su amor las vea ser maravillosas, etc.) , y recibiremos beneficios que ni podemos imaginar. Entonces ¿por qué no lo hacemos? Primeramente por desobediencia a Dios, después porque no le creemos, no creemos que un pequeño sacrificio nos dará tantos beneficios, y por ultimo por comodidad. Es más cómodo no esforzarnos por nuestro matrimonio, por nuestras esposas, y seguir viviendo en la comodidad. Pero no nos engañemos. Si no damos el salto a este tipo de amor, jamás veremos la mano de Dios bendiciendo claramente nuestros matrimonios y familias.
¿Quieres que tu matrimonio sea mediocre? Eso es fácil, se trata de no poner mucho de tu parte y dejarlo fluir.
¿Quieres vivir en un trozo de cielo? Entonces esfuérzate, porque Dios está con los que se esfuerzan por cumplir Su obra y créeme, un matrimonio que funciona bien es la obra más maravillosa que Dios ha hecho, tanto que compara esa relación con la de Cristo y la iglesia. ¿Será posible que nuestra relación sea tan satisfactoria? Examina como es tu amor por tu esposa y si algo no estás haciendo bien, prueba a cambiarlo. Dios dice que tu matrimonio cambiara… ¿le crees?

No hay comentarios:

Publicar un comentario